Tips para controlar el miedo en la escalada

Para nadie es un secreto que el miedo es un elemento muy presente en la práctica de la escalada en roca, está en nuestros genes temerle a las caídas. De hecho está bien que exista miedo en este deporte, de otra manera habría muchos más accidentes y, la verdad, no sería tan divertido. El miedo nos ayuda a protegernos de potenciales riesgos, sin embargo un requisito presente en todas las modalidades de escalada es que si queremos progresar debemos salirnos de nuestra zona de confort. Yo no creo que exista ningún escalador sin miedo, pero sí creo que los que más han podido progresar en sus propios límites han aprendido a controlarlo, algunas veces a usarlo. Por otra parte aprender a controlarlo es importante para protegernos, es común ver escaladores que por dejarse llevar por el miedo tienden a realizar acciones riesgosas, como cogerse de la última cinta chapada o enredar la cuerda entre las piernas.

                 

Entonces la cuestión es, como lo afirma el Grupo de Aventureros Ilimitados en su blog, que hay que diferenciar entre dos tipos de Miedos, el Racional y el Irracional. El racional, como ya lo he dicho, nos protege frente a diversos peligros que pueden afectar nuestra integridad, prestar atención a este miedo es muy importante para evitar accidentes. Por otra parte el miedo irracional se nos presenta como un obstáculo mental prescindible que nos impide la búsqueda de nuestros límites personales. Entre los miedos irracionales más comunes encontramos: a caer en una ruta bien protegida, al dolor en el paso más difícil, al fracaso, al éxito y a una baja autoestima.

 

Consejos para controlar el miedo en la escalada:

 

Para antes de la Escalada:

-Aceptar e Identificar el Miedo: Antes de ponernos los pie de gatos debemos ser conscientes que, al igual que todos los escaladores, sentimos miedo. Además debemos identificar en qué situaciones se nos presenta con más frecuencia, como una forma de conocer el problema al que nos enfrentamos.

-Conocer y aplicar las medidas de seguridad: Sí, la escalada en roca es un deporte de alto riesgo, sin embargo el estudio y desarrollo de medidas y elementos de seguridad durante tanto tiempo han logrado que sea posible controlar mayormente dichos riesgos. Ser riguroso en las medidas de seguridad me ha ayudado mucho en mis momentos de miedo. Por ejemplo el casco es un elemento, que además de ser imprescindible, me ayuda a darme mucha tranquilidad. También hay escaladores que se sienten con más confianza si cargan mucho equipo durante las rutas tradicionales. Además si hemos revisado nuestras condiciones de seguridad, y la de nuestro asegurador, antes de empezar a escalar podemos descartar que nos enfrentemos a miedos racionales.

-Escoger rutas amigables y bien protegidas: Si se va a empezar un proceso de construcción de confianza con la escalada es bueno hacerlo primero con rutas que tengan una protección adecuada, generalmente desplomadas y que el tipo de escalada sea el que se nos dé más.

 

-Un buen asegurador: Estar siempre seguros de confiar plenamente de las capacidades de aseguramiento de nuestra cordada. Hacerle saber de nuestro miedo y si es necesario buscar un ambiente que nos favorezca, por ejemplo pedir silencio a los demás escaladores cercanos.

-Primero de primero: Claro, es necesario siempre garantizar nuestra seguridad como primera medida. Pero por otra parte yo recomiendo empezar la escalada yendo de primero (líder o punteando). He visto como muchos escaladores piensan que el mejor orden de las cosas es probar las rutas en top-rope (yo-yo) y luego sí hacerla de primero. A mi modo de ver esta metodología nos condiciona la cabeza a que la forma adecuada de escalar es con la cuerda entre las manos y cuando vamos a la punta nos sentimos muy por fuera de nuestra zona de confort. Yo considero que el Yo-yo debe verse como la última opción. Primero habría que probar la ruta en líder y en caso de no sentirnos bien volver a intentarlo con la primera cinta chapada, si no da resultado probar con la segunda, y así continuar hasta sentirnos mejor.

-Respirar: Con los pies de gatos puestos suelo pararme al comienzo de las rutas y realizar ejercicios de respiración. Leer y aprender métodos de meditación son perfectamente aplicables para este caso. Personalmente suelo concentrarme en respiraciones profundas y pensar en los movimientos de la ruta. Me imagino teniendo éxito en la escalada y logrando chapar la estación cómodamente, aún si la ruta está muy por encima de mi nivel. Como dice Eric Horst, “tu cuerpo no puede ir a donde la mente no ha ido antes”. Considero este punto muy importante, ya que, no solo me ayuda a tener más confianza, sino también a expandir mi caja toráxica. Y al iniciar la escalada procuro llevar el mismo ritmo de respiración a lo largo de la ruta.

     

Para durante la Escalada:

Ha llegado la hora de enfrentar nuestros miedos. Por lo que me he dado cuenta, la mayoría de técnicas utilizadas por los escaladores para hacer frente a los miedos irracionales consisten en métodos de redireccionamiento de la conciencia. Estos, buscan que el escalador deje de pensar en los peligros (irracionales) para que pueda progresar plenamente en la ruta. Existen muchas de estas técnicas y cada escalador debe encontrar uno, o la combinación de varias, que mas le sirva.

-Todo a la ruta: Personalmente este es mi método preferido. Se trata de mantener la mente enfocada en los movimientos de la ruta, específicamente en el siguiente movimiento a realizar. Mientras escalo suelo pensar: “el siguiente paso” y lo repito a lo largo de la ruta. Para que este método funcione es muy importante tener en cuenta que nuestro mayor aliado contra los miedos irracionales es la Motivación, por tanto es importante trabajar para estar siempre motivados por la escalada. Esta técnica la suelo combinar con los ejercicios de respiración que empecé antes de escalar.

-O desconcentrarse: Por otra parte sé de escaladores que lo que buscan es dejar de pensar en la escalada. Pueden desviar su atención a las formaciones rocosas que lo rodean o cantar su canción favorita.

-El poder de la palabra: Así no sea en voz alta, decirse frases positivas ayuda a cualquier escalador a tener más confianza en sí mismo. Por ejemplo, en uno de sus blogs, Steph Davis nos cuenta que en sus momentos de miedo, especialmente escalando sin cuerda, suele decirse a sí misma “estoy en un sitio espectacular pasando un buen rato”. Así mismo es muy importante que se eliminen completamente las palabras negativas. Decir “no puedo”, “tengo miedo” o incluso un simple “No!” crea fuertes barreras mentales que nos impedirán luchar contra los miedos irracionales.

-Terapia de la palmada: Esta técnica la he propuesto a varios escaladores que me han manifestado su miedo al vuelo y ha funcionado bastante bien. Consiste en, que en vez de pedir tensión o gritar “vuelo!”, darle una suave palmada a la roca, o muro, cuando sentimos que ya no podemos seguir escalando, y volar. Es importante entender que se debe realizar de forma gradual, es decir que se debe empezar debajo de la chapa a la que se va a volar e ir subiendo poco a poco, hasta poder hacerlo teniendo la chapa debajo de los pies. Igualmente la palmada debe empezar al lado de la mano de donde se sostiene el escalador y poco a poco irla subiendo hasta que podamos volarnos intentando el paso. Se puede aplicar esta metodología en el crux de nuestro proyecto, buscando maximizar nuestro intento de encadenar. Empezar progresivamente esta técnica también nos ayudará a desarrollar las habilidades de frenado y amortiguación del impacto, que son muy importantes si es que queremos ir en punta.

-Actuar a tiempo: Es muy importante que cualquiera que sea la técnica que vamos a utilizar para combatir los miedos irracionales, la empleemos inmediatamente empecemos a sentirnos incómodos. Por ende, es muy importante que aprendamos a identificar los primeros síntomas de nuestro nerviosismo y las situaciones que los provocan. Debemos evitar a toda costa que nuestro miedo nos controle y terminemos gritando o cometiendo acciones irresponsables. El miedo se comporta en nosotros como una pequeña bola de nieve, que si no la frenamos va creciendo más y más hasta que no podamos detenerla.

                                    

Para después de la Escalada:

                              

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Puede parecer absurdo hablar de luchar contra el miedo una vez ya hemos terminado de escalar, sin embargo considero que esta puede ser la parte más importante. Como ya he dicho nuestro mejor aliado en esta lucha es la Motivación, ya que la necesitamos para querer volver a darlo todo en la escalada, y más importante, para seguir siendo felices mientras escalamos. Y por otra parte, la Frustración luego de un día no tan bueno de escalada puede hacer que perdamos motivación y que ya no seamos tan felices en la roca, por lo tanto se convertiría en nuestro peor enemigo. Tanto Motivación como Frustración son sentimientos que se fomentan una vez terminamos de la escalada, por eso es importante que continuemos constantemente con el entrenamiento mental.

-Recordar el objetivo: Muchas veces esa ruta que tanto queríamos escalar se nos presenta esquiva y nuestra mente se llena de miedo y duda, lo cual puede ser un fuerte generador de frustración. Por eso es importante tener en cuenta que el principal aliciente para invertir todo un día en la roca es pasar un buen rato junto con nuestros amigos. Por tanto debemos enfocar nuestros pensamientos en las cosas que nos hacen felices, como la compañía de nuestras cordadas o el sitio que estamos visitando. Es importante tratar de no salir del parque de escalada con sentimientos negativos, como rabia, para que sea más agradable regresar.

-Críticas constructivas: A la hora de evaluar nuestro rendimiento deportivo creo que es necesario primero resaltar los avances que hayamos conseguido, por más pequeños que parezcan, por ejemplo: “pisé mejor”, “llegué una chapa más arriba” o “respiré mejor”. Y a la hora de mencionar los aspectos a mejorar serán mencionados, no como errores, sino como futuros cambios en nuestra forma de escalar, por ejemplo diremos “mejoraré mi bloqueo” y “pisaré mejor”. En la roca escalaremos con nuestras fortalezas, las debilidades las tendremos en cuenta para trabajarlas en el gimnasio.

             

Para el Asegurador

A pesar de que el rendimiento físico depende únicamente del escalador, la persona que le asegura tiende a jugar un papel muy importante en su estado mental. Estos son algunos tips que se pueden aplicar si se quiere que la cordada mejore su rendimiento emocional:

   

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

      

     

 

 

-La seguridad de nuevo: Si se es un asegurador riguroso con las medidas de seguridad el escalador no tendrá por qué pensar que se esté cometiendo alguna acción irresponsable, como soltar la cuerda del Gri-Gri.

-Estar concentrado y en silencio: Así el asegurador pueda cuidar a su cordada plenamente mientras realiza otras acciones, como hablar y comer, no transmite seguridad y puede ser fomentador de miedo en el escalador. Incluso podría apoyar a su cordada pidiendo silencio a los otros escaladores. Por otro lado, si el asegurador está comprometido a vencer su miedo al vuelo puede que se suelte en cualquier momento sin avisar, por lo que el asegurador debe estar siempre atento.

-Hacer caso: Muchas veces he visto como los aseguradores creen que ayudan a su cordada a perder el miedo a caer presionando el vuelo, incluso dando más cuerda para que el escalador caiga más distancia. En mi opinión, desobedecer la petición de tensión es un gran error, ya que fomenta desconfianza entre la cordada y, claro, crea más miedo. Por lo general le sugiero a mi compañero que pruebe la terapia de la palmada, que ya le había explicado previamente, y le daré un vuelo muy corto; pero si el escalador insiste en pedir tensión se la doy rápidamente.

-No dictar: Es muy común encontrar aseguradores que disfrutan compartiendo su lectura de las rutas con sus cordada, para mi es otro error. Es necesario que el escalador pueda estar en un estado de concentración completa hacia la escalada y no lo va a lograr si tiene una voz que le dice todo lo que tiene que hacer. Además muchas veces las lecturas de las rutas son muy diferentes o se quiere hacer un buen pegue a vista. A mi parecer ayudar al compañero solo se debe hacer si así es solicitado.

-Animar sutilmente: Motivar a nuestra cordada puede ser un arma de doble filo. Si se grita como locos “Vamos!” o “Tú puedes!!” es posible que se saque al escalador del estado de concentración y paz a intenta mantener; especialmente si está descansando estos gritos pueden generar mucha presión. Por otra parte, si animamos, más en forma de felicitación por los pequeños logros podemos transmitirle al escalador la certeza de que el asegurador está completamente concentrado; por ejemplo decir “Bien” o “Eso es” cuando chapa o logra avanzar una mano o un pie.

-Conocer a la cordada: Por último vale la pena hablar con el compañero sobre sus miedos y lo que más fácilmente los causa. Lo anterior es muy útil para aplicar estas técnicas apenas sabemos que el escalador está saliendo de su zona de confort.

 

Escrito por: Juan Camilo Ramírez, Embajador Tatoo

Fotos: Juan Camilo Ramírez, José Cobo, Santiago Espinosa

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