La Trilogía Libre de Robert Jasper en las Grandes Jorasses, Eiger y Cervino
El pasado 4 de octubre, Robert Jasper y Roger Schaeli completaban la primera ascensión en libre de la vía Sebastien Gay a la norte del Matterhorn y transformaban sus su V/A2 en M8, y sus tres días de apertura quedaban en 16h 30m de repetición. Su tramo clave fueron cautro largos de M7 y M8 muy verticales en roca apenas cubierta de nieve y que tenía sólo dos seguros. «En terreno alpino mixto, M8 es algo muy duro –nos dijo– tienes que buscar las protecciones y colocarlas… Usamos friends y algún clavo, y pitonar yendo en libre fue el mayor desafío». Para completarla en 16h 30m tuvieron que correr mucho y, después, de los primeros 400 metros difíciles de la Sebastien Gay, continuaron por la Schmid y salieron por la Pitelka, más difícil, para componer o que Jasper llama Directa del Matterhorn.
2003 No siesta a las Grandes Jorasses
Con Markus Stoffer en tres días de 2003, Robert Jasper liberaba No siesta y comenzaba, sin saberlo, lo que hoy llama Trilogía Libre: tres rutas de libre en mixto en las tres caras norte más importantes de los Alpes. Como consecuencia, la ruta se convertía en un icono del mixto alpino en libre. El pasado octubre la repetían las tres primeras cordadas de alpinistas españoles, pero sólo uno, Manu Córdova, conseguía resolverla en ese estilo, para él es un poquito menos: M7, algo que podría ser fácilmente explicable (o no) debido a las condiciones.
2010 Directa Harlin del Eiger
El segundo capítulo fue la Directa del Eiger. Publicamos en la revista Desnivel (num 296) su artículo sobre esta actividad. También le llevó varios días, del 20 al 23 de septiembre de 2010, con sus vivacs («el tercero, uno de los más expuesto que he vivido» contaba). Allí confesó cómo, por primera vez en su vida, invitó (tal vez empujó) a su compañero Roger Schaeli a darse uno de los largos claves. Estaba invadido de una honda emotividad bajo la tirada en la que a John Harlin se le rompió la cuerda por la que jumareaba durante la apertura de aquella Directísima americana en 1966; influido por los sentimientos que guardaba de la ascensión de la Vía Heckmair que compartió con otro John Harlin, su hijo, quien quiso escalar la norte del Eiger y cumplir la promesa que se hizo ante su tumba cuando tenía nueve años.
2011 Sebastian Gay, Directa del Matterhorn
Por último, con la liberación de Sebastian Gay escalando el 4 de octubre en 16h 30m del tirón terminó la Trilogía Libre en la última gran cara norte histórica que le quedaba., la vía abierta en 2008 por el suizo Jean Troillet junto con los franceses (los autores, entre otras, de la Vía de los papas después del penúltimo desprendimiento del Dru) Martial Dumas y Jean Yves Fredriksen. Era una deuda que Troillet tenía para su amigo, con quien intentó la vía en 2006, y que falleció después en montaña. Lo raro fue que Jasper y Schaeli pensaban que estaban repitiendo la Vía checa, ya que así lo parecía en la guía. No era así, esa duda que surgió tras la apertura de Sebastian Gay la resolvió uno de los checos asegurando que su ruta iba más a la izquierda. Y, después, el «macabro», para ellos, encuentro de las cenizas de Sebastian que Jean Troillet había dejado en el largl clave de la vía cumpliendo los deseos de la mujer de su amigo, que quiso que sus restos reposaran en la ruta.
¿Cuáles son tus sensaciones una vez que has terminado estas tres rutas?
Estoy muy contento por haber terminado este sueño alpino, dejar vías de escalada libre en mixto moderno en las grandes caras nortes de los Alpes. Y me siento realmente afortunado que no tenga que voler a estas vías porque son bastante peligrosas. Y si hablamos de la Directa Harlin del Eiger y la directa del Matterhorn diría que son extremadamente peligrosas. Mala calidad de roca y hielo, mala protección y mucha dificultad en terreno alpino las convierte las convierte en un gran desafío. Escalar en libre bajo estas condiciones resultó, de verdad, duro y fue un logro conseguir las tres primeras en libre de estas tres vías.
Cuando escalaste No siesta, ¿tenías el objetivo de escalar en libre vías duras de la norte del Eiger y del Cervino?
Sí. Con Daniel, mi mujer, hice la primera en libre de Symphoni de liberte (8a, 900 m) en la cara norte del Eiger. Pero después empecé a buscar vías de mixto. Al principio, lo que quería eera combinar el drytooling modero y la escalada en hielo con el alpinismo y el libre en verdaderas grandes líneas de Alpes. Hasta 2003 había oído muchas historias sobre No siete, era una línea de mixto muy famosa y me preguntaba si sería posible escalarla en «mixto libre».
Pero la idea de la Trilogía Libre vino después de que consiguiéramos la Libre Directa Harlin en el Eiger. Sólo después empecé a pensar en una vía de libre, mixta y direcata en la cara norte del Matterhorn. Creo que hay que ir paso a paso, al menos es mi forma de pensar y escalar. Y así pensé junto con Roger Schaeli escalar la Directa al Matterhorn.
Aunque todas tengan la mixta dificultad de M8, ¿cuál ha sido la más dura?
Para mí cada una tuvo sus problemas y dificultades particulares. No siesta significó, para mí, en 2003 un nuevo peldaño. Claro que había hecho muchas escaladas alpinas de mixto libre antes, como por ejemplo la primera repetición de Scothch on the rocks (M7) o la primera de Vol de nuit (M8–) en el Mont Blanc du Tacul junto con mi mujer Daniela, pero en las grandes caras recurría al artificial si el terreno era duro de verdad. En ese momento, mi objetivo cambió, e intenté llevar los estándards del mixto moderno a las grandes caras alpinas.
La Directa Harlin fue, al menos para mí, la escalada más larga y desafiante de la Trilogía Libre tanto por sus dificultades (7a/M8, 1.800 m) como por su alto riesgo.
La Sebastien Gay de la cara norte del Matterhorn la hicimos del tirón en 16.5 horas y fue también un reto porque fue abierta en tres días y graduada de V/A2 y 85°. Tuvimos que escalar deprisa e incluso de noche.
¿El momento divertido?
Encontrar la urna fue macabro, pero luego en casa resultaba divertido acordarno. Roger le daba a la caja titubeante con su piolet preguntándose como un chiquillo qué habría dentro. Escalar con Roger es en sí mismo divertido, hacemos una buena cordada y nos lo pasamos bien escalando.
¿Cuál ha sido el momento más peligroso?
Todas las rutas son muy exigentes y peligrosas (caídas de piedras, escalada difícil sobre roca y protecciones malas) así que tienes que estar atento cada instante.
En el Eiger teníamos que espera a las condiciones adecuadas y después durante la escalada fue importante mantener la calma, a causa de la historia de Harlin. Me tocaba de primero ese largo en el que John Harlin cayó en 1966 y fue para mí un momento extraño de verdad…
En el Matterhorn, esto fue superado por encontrarnos la urna de Sebastien Gay. Pero lo peligroso fue que casi nos barre de la pared alguno de los grandes objetos metálicos, como cajas, que un artista de Zermatt, transportado en helicóptero, arrojó desde la cumbre de la montaña. ¡Casi nos mata!
