Fuego olímpico en la cima del Everest
Esa es la idea, que la antorcha que prenderá el pebetero de Pekín 2008 descienda la cara norte del Everest el próximo año. Posible ensayo esta primavera.
La idea es que la antorcha, que requerirá de un especial diseño para que su llama no se apague en altitudes tan precarias en oxígeno, corone el techo del Mundo, antes de enfilar su trayecto final hacia Pekín. Algo que, diseños especiales aparte, puede presentar alguna que otra dificultad añadida. No nos referimos a las que encierra plantearse una ascensión al, pues por subir, han subido septuagenarios, con muchos sherpas por delante (y otros tantos por detrás), y ya el pasado año la cuerda fija iba desde el Collado norte hasta la misma cima del Everest. Digamos que la ascensión en sí (con oxígeno, presuponemos, y no sólo para la antorcha), no sería lo más complicado.
Sí sería más difícil, por ejemplo, cuadrar el calendario del recorrido de la antorcha a la ventana de buen tiempo necesaria para alcanzar a la cima, o, sobre todo, evitar los presumibles atascos de alpinistas que se volverán a registrar la próxima primavera en las rutas normales del Everest, durante esos días de cumbre. Pues, según se ha informado, el fuego olímpico ascendería por la normal de la cara sur, y descendería la ruta normal de la norte. Para lo primero, difícil solución, pues en los ochomiles, de momento, el cielo y las condiciones siguen mandando. Para lo segundo, quizá sirva la decisión del gobierno chino de encarecer los permisos por esta vertiente del Everest de cara a la próxima primavera. Hace unas semanas manejábamos como posible causa la voluntad de las autoridades chinas de reducir el número de accidentes y fallecimientos (diez durante la primavera 2006 entre las vertientes norte y sur). La muerte de David Sharp dejó muy claro el descontrol y la ausencia de valores que se respira, a falta de oxígeno, en esta montaña, y en este caso, por su vertiente norte. Pero posibles buenas intenciones aparte (que no descartamos, claro), esta subida de precios podría estar más relacionada con el deseo del gobierno chino de tener la Ruta norte despejada, de cara al próximo ensayo de descenso con la antorcha olímpica, programado para esta primavera. Esta ruta tiene un cuello de botella, el segundo escalón, que en días muy saturados, puede obligar a esperas para usar la cuerda fija de varias horas (como le tocó aguantar a Juanito Oiarzabal en 2001 es su ascensión sin oxígeno). Y claro, encareciendo el permiso, quizá se consiga un "tráfico" más reducido. Quien sabe... |
Fuente: www.desnivel.com