Ecuatorianos en la Cumbre Chacraraju

Rápidamente nos aprovisionamos y partimos el 6 de Agosto hacia la Quebrada de LLanganuco viendo que una ventana de buen tiempo comenzaba. Nos asentamos en el campamento base del Pisco donde decidimos hacer en una especie de “aclimatación-entrenamiento” una de las vías de su cara Sur. Nos dirigimos hacia la canaleta grande en dos cordadas de dos (la novia de Nacho nos esperaría en el campamento), es una vía muy bonita de aproximadamente 500m con un nivel técnico MD, con escalada en su mayor parte de hielo y nieve con una inclinación promedio a los 70º y con pasos de 85 a 90º, su parte final guarda tres lindos y técnicos largos de escalada mixta M4.

Después de un día completo de descanso nos movimos hacia el glaciar del Chacraraju Este, esta vez Zuco, Nacho y mi persona  en donde por motivos de practicidad hicimos un vibouac  en la morrena a la entrada del glaciar.

Salimos pasada la 1 de la mañana hacia la vía, nos tomó un  poco más de 1 hora llegar hasta la rimaya donde la vía empieza concretamente; gracias a la confianza entre compañeros y buenas condiciones (en su mayor parte) del hielo para sólidos seguros subimos en una especie de mezcla de técnicas ensamble-flecha. Esta estrategia nos hizo alcanzar la mitad de la pared muy rápido en las primeras horas del sol, luego vendrían los largos más técnicos donde la inclinación promedio serían los 75 a 80º con sus respectivos pasos de 90º. Las zonas de mixto las pudimos eludir gracias a “parches” de hielo sobre la roca que si bien ayudaron pero de igual manera nos hicieron un par de veces acelerar los latidos al 100%. El clima no favoreció a partir de la mañana lo que hizo que varias veces nos salgamos de la ruta y rectificar nuestros desvíos sacrificó mucho tiempo valioso de luz; llegamos a la cornisa somital el 10 de Agosto a las 6 de la tarde en donde empezamos nuestros rapeles de descenso, 15 en total, entre abalakovs, estacas de nieve , camalots y puentes de roca, además de contar con la respectiva despedida de la montaña en forma de pequeñas avalanchas de nieve polvo; llegamos al vibouac de la morrena pasada las 2 de la mañana, con el cuerpo sumamente cansado pero el espíritu sumamente vigorizado.

Hablar sobre lo requerido para escalar esta o una ruta similar es relativo, lo que si les puedo asegurar y no se deben nunca olvidar es llevar muchos kilos de buena vibra, compañerismo y hermandad.

Felipe Jácome M.

Nota: Al que encuentre un piolet BD modelo RAGE color Naranja será acreedor de una cena en Quito o Huaraz, pregunte por Zuco: sebascarrascoz@hotmail.com