Nueva Ruta en la Gran Torre del Trango
Información facilitada por Marek Raganowicz.
Marek “Regan” Raganowicz envio a Barrabes los topos y la información sobre la nueva gran apertura que ha realizado junto a a Marcin Tomaszewski, algo que se está convirtiendo en un clásico anual. El año pasado fue “Superbalance”, su vía de VII/A4/M7+, y 1.300m, que abrieron en el Ártico, en Baffin. Este año el turno es para “Bushido”, una obra de arte en la pared noroeste de la Gran Torre del Trango, Pakistán, que consiguieron finalizar tras 20 días en pared, 46 largos, y dos días más de rápeles de descenso.
La Gran Torre del Trango, junto a la cara norte de la Polar Sun Spire, es la pared más alta del planeta. Allí finalizaron su nueva ruta el día 19 de agosto los dos alpinistas polacos.
“Comenzamos el 31 de julio y terminanos la pared 20 días después, el 19 de agosto. Luego vinieron 2 días más de rápeles. En toda la escalada sólo clavamos 21 bolts (para asegurarnos) y 8 buriles. La nueva línea es independiente en sus ¾ primeras partes, y allí se une a la American Route en la arista suroeste (Azeem Ridge, Kelly Cordes y Josh Wharton, 2004). Bushido comienza a la derecha de la vía Rusa (1999). A mitad de pared cruza la vía Krassnojarsk (2007), y continúa por el muro superior hasta la arista Azeem.”
“Fuimos desde abajo hasta arriba siguiendo fisuras y corners rojos. Pienso que las partes de artificial podrán ser liberadas en el futuro”, afirma Marek.
La logística tampoco fue fácil: “Al comienzo de la escalada tuvimos que cargar con agua hasta que llegamos a las terrazas de mitad de pared, en donde había algo de hielo viejo. Durante la segunda mitad sufrimos algunas tormentas de nieve, así que pudimos tener nieve fresca para derretir.”
Sin embargo, el último día la nieve les supuso un gran problema. “La última jornada de escalada fueron más de 24 horas en medio de una tormenta de nieve y un frío helador. Escalamos por la arista de cima hasta lo más alto que pudimos, pero no pudimos llegar hasta la cumbre principal de la Gran Torre del Trango, como puede verse en la foto. Los rápeles de descenso fueron uno de los mayores desafíos de toda nuestra carrera como alpinistas. Las cuerdas estaban totalmente heladas y tiesas, la nieve y el hielo cubrían todo el material. Conseguimos alcanzar la hamaca del vivac totalmente exhaustos con las últimas dos cuerdas que nos quedaban.”
Ya “sólo” quedaba el descenso al base: “Al día siguiente descendimos hasta las terrazas en donde habíamos tenido el campo 3, y un día y 17 rápeles después alcanzábamos la base de la pared."
Fuente: Barrabes.com
