Ecuatorianos alcanzan importantes logros en la escalada de grandes paredes en Yosemite

El Valle de Yosemite en California (EEUU) es uno de los sitios más visitados por escaladores de todo el mundo y sin duda el paraíso para la escalada de grandes paredes. Los ecuatorianos Roberto Morales y Felipe Guarderas durante los últimos días llevaron a cabo varios interesantes proyectos en el granito de Yosemite, destacándose la ascensión a la mítica Nose de EL Capitán con sus más de mil metros de desnivel, en apenas 13 horas, ¡definitivamente un importante logro para la escalada del Ecuador en el big wall más famoso del mundo!

A continuación el relato de Roberto, donde nos cuenta con detalles algunos de los logros alcanzados durante su estadía en Yosemite junto a Felipe.

Yosemite - California es el lugar "casi" perfecto para ir a hacer Boulder; rutas de clásica, grandes paredes y algo de deportiva. No es perfecto por los osos que pueden destruir tu carro por una pasta de dientes, los famosos RANGERS que no paran de molestar en todo momento y lo peor, la cantidad de gente que hay, son miles de turistas y escaladores por todo lado... Hasta en el lugar más remoto encontrarás a alguien. Pero bueno, todo esto te aguantas por una simple razón: ¡tener paredes de mil metros a 5 minutos del parqueadero! Para los que no nos gusta caminar es perfecto, pues no se encuentran lugares de estos en todas partes del mundo.

A principios de este año se me cruzó por la mente ir a Yosemite, lo cual había sido un sueño desde hace muchos años y de pronto se hizo realidad.

Después de terminar el semestre en la universidad, salí directo para San Francisco, feliz de no tener que ir más a clases. Ahí, un amigo de la infancia de mi padre me recibió y me sacó a pasear como niñera. Bacán la ciudad pero después de dos días ya estaba más que listo pa’ seguir a Yosemite. En el camino me encontré con el  Edgar, Elsa, Marce y Sofi, quienes andaban igual de ilusionados por el viaje. Una van que alquilamos nos llevaría hasta el mar de granito muy rápido, sobre todo con el “Salas” manejando... ¡Por suerte los Rangers o policías nunca nos cogieron!

En esta ocasión y por cuestiones de trabajo sólo me pude quedar 12 días en vez de los 30 que tenía planeado en un principio y por mala suerte llovió cuatro de ellos. Después de acostumbrarse a la roca y al tipo de escalada, decidimos intentar La Nose del Capitán. El clima y la falta de entrenamiento fueron los factores que nos obligaron a abandonar la pared en el largo 20. Después de un largo descenso con fuertes vientos, llegamos a la base completitos pero tristes de no haber salido por arriba. Para mi sería peor aún ya que no tendría más días para escalar en este increíble lugar, era hora de ir a trabajar.

Después de trabajar y escalar alrededor de Wyoming durante todo el verano, tuve la oportunidad de regresar a Yosemite. Felipe Guarderas estaría en San Francisco, así que apenas terminé uno de mis cursos, tomé el avión y me fui directo para allá. Una vez más, solo sería por poco tiempo, pero como dicen por ahí "peor es nada". Felipe me recogió en el aeropuerto en "La Corola" (Toyota Corola año 19... algo) y lo llenamos a punta de comida y equipo, a pesar de que la carrocería estaba a punto de tocar las llantas, logramos llegar al parque después de 4 horas de viaje. A pesar del cansancio acumulado que los dos teníamos tras un largo verano, la motivación nos ayudó a completar varios proyectos que andaban pendientes.

Uno de los proyectos pendientes era la Nose. Así que nos propusimos hacerla en un día. En un principio me pareció algo loco ya que por lo general son tres, pero había que intentarlo. La tarde que llegamos al valle y con pocas horas de luz decidimos escalar los primeros 4 largos. Al día siguiente subiríamos hasta la mitad  pasando a varias cordadas por el camino. El sol y fuerte calor (35 °C) hicieron uno de los días más duros que he pasado, no solo fue la deshidratación y los calambres si no un dolor de pies brutal. El plan era descansar un día e ir por el pegue definitivo pero el calor aumentaba más y más. Fue ahí que le dije a Felipe que deberíamos ir a escalar el Half Dome y no le pareció mala la idea, debido a que la cara noroeste permanece en la sombra la mayor parte del día.

Tras descansar un día y recuperarnos de tremendo palazo, subimos a la base de la pared tras una larga y pendiente caminata. Para esta montaña ya no son cinco minutos de acercamiento, sino tres horas (¡sigue siendo cerquita!) y éramos los primeros de cinco cordadas más así que teníamos el derecho de salir primeros y sólo tener que pasar a un grupo que estaba durmiendo a mitad de la pared.

Empezamos a las tres de la mañana y al amanecer ya estábamos por la mitad, dónde pasaríamos a una cordada que recién estaban levantándose. Después vendrían los largos más duros, pero más bonitos de la vía, los cuales logramos sobrepasar sin mucho problema. ¡A las 10h50 estaríamos en la cumbre después de escalar 25 largos en un poco menos de 8 horas! Después de escalar esta pared en tan poco tiempo nos dimos cuenta que la Nose saldría también en el día.


Nos recuperamos por dos días y decidimos hacer el intento final de la Nose, llevando un rack ligero y una cuerda extra de 7 mm por si acaso nos tocaba bajar. La primera parte ya la conocíamos así que empezamos a la 1h20, escalando hasta el largo 16 bajo la luz de la luna, mientras en el camino despertamos a varias personas que dormían en repisas y portaledges. Subimos la primera mitad en 4 horas, usando técnicas de "short fixing", la cual consiste en dividir la pared en bloques, de esta manera el primero en la cordada escala por varios largos seguidos, fijando la cuerda al segundo constantemente para que “yumaree” mientras que sigue escalando con bucles gigantes y sin ser asegurado en varias ocasiones. En ese punto, vendría lo desconocido y más duro de la ruta. La parte superior es más vertical y hay largos hasta de 8b, donde el uso de la escalada artificial es imprescindible. En esta parte tuvimos la suerte de no encontrar a nadie en la ruta, ahorrando valiosos minutos en pasar cordadas lentas. A las 14h29 y después de 13 horas y 9 minutos llegaríamos junto a Gladis (Felipe) al pino característico al final de la Nose, con más de mil metros de desnivel y 33 largos atrás... ¡Tremenda felicidad!

 


Para terminar este pequeño y productivo viaje, escalamos en simultáneo otras dos grandes paredes en 4 horas, las cuales tenían dificultades que no sobrepasaban el reconocido 5.10 yosemitero, disfrutando así más de la escalada como tal.

Este es un pequeño resumen de los últimos 9 días de un largo viaje, el cual ha estado lleno de sorpresas y logros importantes. Gracias a todos los partners que he encontrado por el camino y han hecho realidad todos estos pegues inolvidables. Gracias a los panas que de una u otra forma dan ánimos y apoyan desde la distancia, y gracias al apoyo incondicional de mi familia, porque sin ellos ninguno de todos estos sueños serían realidad.

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