Emabajdor Cata ALegria

Sus comienzos en el deporte se remontan a los 6 años, cuando su familia y ella vivían en Australia, el país de los deportes acuáticos. Ian Thorpe o "Torpedo" era el ídolo del momento, así que se respiraba natación por allá. Pero lo que realmente marcó su infancia fue algo que nunca había visto antes: personas en silla de ruedas, amputadas y adultos mayores de más de 80 años disfrutando del deporte. Fue en ese momento cuando entendió el inmenso poder que tiene el deporte para generar bienestar en las personas y que los límites son autoimpuestos.

Así comenzó un amor por la natación, el cual la acompañó por muchos años. Luego vivió en Grecia y allá incursionó en muchas disciplinas, entre ellas deportes grupales como el basketball. Más tarde, ya en Chile, un evento fortuito la llevó a participar en un torneo regional de atletismo. Pese a ser reserva, Cata logró un cuarto lugar que rozó el podio. Ese resultado la motivó a entrenar más.
El atletismo tenía un significado especial en su familia, ya que su abuelo, algunos tíos y su padre habían sido atletas en diversas disciplinas. Entrenar y competir era una forma de preservar esa historia familiar. Sus distancias favoritas fueron los 800 y los 3000 metros, y durante un tiempo incluso tuvo el privilegio de ser entrenada por su padre. Llegó a ser segunda a nivel nacional (interescolar final), pero problemas de salud la obligaron a poner sus sueños en pausa.

Fue en la universidad donde retomó todo. Compitió durante años en atletismo, hasta que la invitaron a una actividad de Trail Running y, cuando pensaba que nada podría gustarle más que el atletismo, se equivocó. La montaña y la aventura ya habían sido parte de su vida gracias a su madre, quien se preocupaba de planificar campings y viajes familiares. El Trail le permitió combinar todo lo que le gustaba. En el camino, conoció a personas maravillosas que conserva hasta hoy, además de descubrir lugares impresionantes de Chile y el mundo. A medida que avanzaba, aumentó la distancia, llegando a correr 100 km, algo que en sus comienzos parecía impensado. También pudo formar parte de la primera selección nacional de Trail Running de Chile. Compitió en un sudamericano, un sueño cumplido que marcó el cierre de esa etapa. Sintió que había logrado todo lo que se había propuesto hasta ese entonces y, aunque esas ganas por competir se apagaron, su amor por el movimiento y la aventura nunca lo hizo.

Un anhelo que siempre había tenido, y junto a su esposo, se preparó para su primera carrera de 170 kilómetros por etapas en Nepal, pero con un enfoque más lúdico. Quería recordar cada rincón sin siquiera mirar el reloj. Compartir la experiencia con los Sherpas y recorrer esos paisajes fue algo que jamás olvidará y que definitivamente volvería a experimentar. El deporte es su vida, y no quiere dejar de soñar ni de explorar. Le encanta sorprenderse con las cosas más simples, pero también luchar por los sueños que parecen imposibles. Porque lo que suena lejano, quiere convertirlo en realidad.

¿Qué es #CONTODO para ti?
“Para mí es siempre soñar en grande. La vida es una sola así que la quiero vivir siempre intensamente. Me gusta ponerme metas a largo plazo que me parecen duras y algo locas, ya que me mantienen más conectada haciendo lo que me gusta y donde la recompensa final es algo impagable que anima a ir por más”.