Repeticion de Pedro Trepapiedra en Suesca
Hace poco mas de una semana el escalador colombiano Juan Camilo Ramirez mas conocido como Champ, encadenó una de las fisuras mas duras de Colombia ubicada en Suesca.
En este artículo el nos cuenta un poco de su historia con esta mítica fisura.
FISURAS SUESCUNAS, RETO FÍSICO Y MENTAL
Por lo general después de tener un día de escalada en Suesca, tiendo a estar muy feliz, amando más la escalada y sintiendo que he aprendido mucho más, sobre la escalada y la vida. Desde hace poco más de un año me he concentrado en la escalda tradicional, que lejos de ser escalada de antaño, es para mí una escalada mucho más completa, por el compromiso físico y mental que hay que invertir durante la escalada. Así me propuse completar una lista de las fisuras más duras y bonitas de Suesca, donde escalé fisuras excelentes como Full Moon, La Cosa Nostra, Regreso al Futuro, Soda y Limón, La Espina y Rumbo Perdido (la que más recomiendo).
La última vez nos dirigimos a escalar una de las fisuras más duras del parque, Pedro Trepapiedra, que se caracteriza por ser un techo con empotres muy malos. Un mes antes la había probado, y sabiendo que no podría encadenarla fácilmente me dispuse a realizar un entrenamiento que incluía una “tabla de campus” en forma de empotres de manos que yo mismo fabriqué.
Ese día, solo esperaba trabajar más los pasos de la ruta, sin embargo al superar los pasos del slap del comienzo (que por no ser mi estilo me parecen muy duros) me sentí muy bien para dar mi mejor intento. Una vez llegue a los empotres del techo fue fácil recordar porqué esta ruta me parecía tan difícil la primera vez que la probé. Lo más rápidamente que pude protegí y traté de seguir avanzando, descolgué las piernas para pasarlas al otro lado haciendo un gran esfuerzo en la parte abdominal y apretando fuertemente las manos, que para mí es el crux de la ruta. Una vez pude seguir empotrando, manos y pies, hasta llegar a una buena presa ubicada al final del techo me invadió una gran alegría al saber que había encadenado esta ruta tan dura.
Esa alegría me recordó a la que sentí al encadenar cerca de un año antes Mandahuevix, otra fisura muy clásica del parque de menor grado. Lo cual me recuerda que la satisfacción de escalar una ruta no tiene que ver con el grado de dificultad de la ruta, sino con el esfuerzo invertido en escalarla.
El siguiente pegue de ese día sería igual o más fuerte, aunque no en el aspecto físico sino el mental, esta vez protagonizado por mi cordada Lise. Gracias a un accidente que tuvo, donde se salió un cam, Lise tiene mucho miedo a este tipo de seguros. Sin embargo accedió a puntear el primer largo de L.P., la ruta multilargos más clásica de Suesca y además la más larga (150m). Aunque Lise ponía exceso de seguros mientras escalaba, avanzaba a buen paso, hasta que llegó a un paso donde la fisura se ponía un poco más expuesta y técnica. Fue entonces cuando su cabeza se llenó de miedo, bloqueándola e impidiendo que continuara escalando. Tras unos intentos infructuosos Lise se declaró incapaz de continuar, dado que no confiaba en los seguros tampoco quería sentarse en el arnés para descender.
“O subes o bajas” le dije con firmeza esperando que ella pudiera por si sola salir del enredo en el que se había metido. Esperamos en silencio un buen rato sin que Lise se moviera de la pequeña repisa donde se encontraba. Realmente fue sorprendente ver para los que estábamos en el pie de ruta cómo Lise luchó fuertemente contra el miedo que la embargaba y decidió, sin decir ninguna palabra, continuar escalando por la fisura. Realizó los pasos técnicos de una forma muy decidida y logro superar ese paso técnico de la fisura. A pesar de poder desviarse un poco para llegar a una estación, de seguros fijos, donde podía descender Lise prefirió continuar y terminar por completo ese primer largo de L.P.
Para los que nos encontrábamos viendo el pegue de Lise desde abajo, fue realmente inspirador ver como ella venció sus miedos y continuo escalando. “Ese sí que es un pegue de escalada” fue lo que les dije a las que se encontraban conmigo. Claro está que me siento muy alegre de haber podido encadenar una fisura tan dura como Pedro Trepapiedra, además me motiva mucho a querer buscar y establecer fisuras mucho más duras, buscando acercarme un poco más a mis límites físicos y mentales. Pero el pegue de Lise me hizo dar cuenta que todos estamos en las mismas capacidades de acceder a esa búsqueda de los límites desde que estemos dispuestos a salirnos de la zona de confort para tanto física como mentalmente entregarlo todo en la escalada.
Agradecimientos: Lise Josefsen Hermann, Diana Manzanera y Paula Yañez
Más información sobre Juan Camilo Ramírez (Blog de Tatoo).
